Friday, September 08, 2017

[ claudina domingo ]







Ella seguía durmiendo. Su piel es de un moreno muy claro con tonos amarillos, como la madera de pino. Su rostro es fuerte: los pómulos altos y los maxilares pronunciados. Eso le da un aire de varón apuesto, pese a los pechos y labios femeninos. Es como si hubiera dudado, en ese principio de las cosas, entre ser un muchacho delicado o una mujer correosa. Y se quedó dudando, esperando que alguien más tomara la decisión. Tiene los dedos de las manos ocres y lastimados, y sueña: sus ojos, bajo los párpados, se movían como limpiaparabrisas. Abrió un poco la boca y relajó las manos entrelazadas. Me hubiera gustado adelgazar hasta convertirme en un filito de humo y meterme entre sus pestañas a mirar sus sueños.*








*fragmento del cuento El agua invicta